sábado, 15 de diciembre de 2012

LA EURISTICA EN EL AULA


LA HEURÍSTICA EN EL AULA

por Eduardo E. Cavallo
George Polya y Jose "Pepe" Mujica

Hace una semana recibí un mail con el contenido de una disertación del presidente electo de Uruguay, Pepe Mujica.  Una parte del mismo me llamó la atención, dice allí:

Había un dicho: “No le des pescado a un niño, enséñale a pescar”.
Hoy deberíamos decir: “No le des un dato al niño, enséñale a pensar”.
Tal como vamos, los depósitos de conocimiento no van a estar más dentro de nuestras cabezas, sino ahí afuera, disponibles para buscarlos por Internet.
Ahí va a estar toda la información, todos los datos, todo lo que ya se sabe.

En general la disertación me pareció positiva, pero mi simpatía por el presidente uruguayo, no evitó que me chocaran profundamente estos conceptos. La objeción más obvia es que confunde información con conocimiento, y esto es un error garrafal.  El conocimiento es información internalizada, mediante un proceso de construcción e interacción con el medio. Comparar la mente con un depósito, o desvincular el pensamiento del conocimiento específico que es imprescindible poseer en nuestra memoria y no en los chips de Internet es un desatino. Poner a un alumno frente a Internet, ignorando estos procesos de asimilación y acomodación de la información es como tratar de alimentarlos con pasto. Por más que le pongamos ketchup, es indigerible.

Lo segundo es que esta antinomia entre enseñar contenidos y enseñar a pensar debería estar superada hace tiempo. Ya que como se despende claramente del post sobre Inteligencia Artificial, no se puede enseñar a pensar prescindiendo de los contenidos. No se trata por cierto de “memorizar” contenidos sin comprenderlos, pero si los contenidos no están en la memoria, entonces no están en nosotros y poca importancia tiene si están en un libro o en la Internet.

Sugerir que es posible “enseñar” a pensar, o desarrollar estrategias independientes de los contenidos, me hizo recordar un artículo que publiqué en los 90 acerca de la propuesta de Papert de desarrolar en la currícula Heurísticas.  Decía Papert en Desafío a la ment:   “El matemático George Polya ha sostenido que los métodos generales para la resolución de problemas deben ser enseñados. Algunas de las estrategias utilizadas en la geometría de la Tortuga son casos especiales de Polya. Por ejemplo, Polya recomienda que siempre que abordemos un problema debemos recorrer una lista mental tipo de preguntas heurísticas tales como: ¿Puede ser relacionado con otro problema que yo sé resolver? La geometría de la tortuga se presta a este ejercicio. La clave para descubrir cómo hacer que una tortuga dibuje un círculo es referirse a un problema cuya solución es en realidad muy conocida: el problema de caminar en círculo. La geometría de la Tortuga suministra excelentes oportunidades de practicar el arte de descomponer dificultades.”

Extraído de “Desafío a la mente”
de Seymour Papert

POLYA Y LA HEURÍSTICA

Se denomina heurística a la capacidad de un sistema para realizar de forma inmediata innovaciones positivas para sus fines. La capacidad heurística es un rasgo característico de los humanos, desde cuyo punto de vista puede describirse como el arte y la ciencia del descubrimiento y de la invención o de resolver problemas mediante la creatividad y el pensamiento lateral o pensamiento divergente.

La palabra heurística procede del término griego εὑρίσκειν,[1] que significa «hallar, inventar» (etimología que comparte con eureka[2] ). La palabra heurística aparece en más de una categoría gramatical. Cuando se usa como sustantivo, identifica el arte o la ciencia del descubrimiento, una disciplina susceptible de ser investigada formalmente. Cuando aparece como adjetivo, se refiere a cosas más concretas, como estrategias heurísticas, reglas heurísticas o silogismos y conclusiones heurísticas. Claro está que estos dos usos están íntimamente relacionados ya que la heurística usualmente propone estrategias heurísticas que guían el descubrimiento.

La popularización del concepto se debe al matemático George Pólya, con su libro Cómo resolverlo (How to solve it). Habiendo estudiado tantas pruebas matemáticas desde su juventud, quería saber cómo los matemáticos llegan a ellas. El libro contiene la clase de recetas heurísticas que trataba de enseñar a sus alumnos de matemáticas. Cuatro ejemplos extraídos de él ilustran el concepto mejor que ninguna definición:

1 Si no consigues entender un problema, dibuja un esquema.

2 Si no encuentras la solución, haz como si ya la tuvieras y mira qué puedes deducir de ella (razonando a la inversa).

3 Si el problema es abstracto, prueba a examinar un ejemplo concreto.

4 Intenta abordar primero un problema más general (es la “paradoja del inventor”: el propósito más ambicioso es el que tiene más posibilidades de éxito).

Ofrezco en este documento una reflexíón y experiencias donde el desarrollo de heurísticas están presentes en el aula, en forma explítica o implícita. Al mismo tiempo es un reconocimiento de las limitaciones que las propuestas de Polya contienen y su dificultada para aplicarlas. Dificultades que no solo provienen de una deficiente preparación de los cuadros docentes, sino que funadmentalmente de las dificultades cognitivas de los niños, para aprender patrones generales de pensamiento o de resolución de problemas, antes que desarrollos patrones específicos relacionados con un tipo específico de conocimiento.

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